Tuesday, October 4, 2016

Edgardo



Trombón en mano, el espigado joven de hermosos ojos verdes se vira hacia su izquierda y dice amablemente: "Hola".

Ella, sentada justo a su lado, ni siquiera se inmutó. Ni lo miró. Siguió sentada erguida, con ese porte innato que tiene y que la hace lucir como una modelo, sin serlo.

Él, avergonzado, se sonrojó un poco, bajó la mirada y calló.  Fue entonces cuando yo intervine. Me levanté lo más rápido que la hinchazón que provoca esto que creo que es Zika me dejó, y caminé hasta donde ellos.

La toqué por su hombro para que me mirara y lo abracé a él diciéndole "es que ella no te oye por ese oído".

"¡Ah!", dijo él. Ella entonces sonrió, lo miró  de frente y sonriendo le dijo: "No te escucho porque soy sorda parcial pero te escucho por el izquierdo", dijo, señala do esa oreja.

El sonrió y nos dijo a ambas que tiene un hermanito que no escucha. "Yo sólo quería decirte que no te asustes si hoy toco duro el trombón", dijo él.

"Pues no me asusto nada. Me gusta mucho el sonido y la música", dijo ella.

Friday, August 26, 2016

Accesorios para el Casual Day



Esto me ocurrió esta mañana, pero ya me pasó el agite de la carrera. Ahora me río:
-        “Mariela, ¿tú no tienes Casual Day hoy?”, le pregunto a mi hija.
-        “No Mamá”, me dice.
-        “Verifica, porque creo que sí”, le contesto, mientras termino de limpiar el jarrón con las flores  que le había regalado titi Carol, que ya estaban marchitas. “Avanza porque se nos hace tarde”.
-        “Ok, Mamá, pero por favor, péiname bella para ir a la escuela porque hoy es viernes”, me dice.
Yo, que soy una peluquera frustrada, miro mi reloj. Tengo 10 minutos o llego tarde, pero le digo, “siéntate ahí”, y cuando se sienta en la silla gris, le hice una trenza francesa a un solo lado. Nos fuimos volando y llegamos a la escuela cuatro minutos antes de que sonara el timbre. Tan pronto llegamos, vimos a todos los chicos en ropa casual. “Oh Dios!”, pensé.
-        “!Ay Mamá, es casual day! ¡Ay Mamá!”, me dice, desesperada.
-        “Te lo dije, pero relax. Resuelvo ahora”, le digo, mientras veo a la administradora Nancy y le digo “Voy a casa a que se cambie”. Ella me dice que la deje, pero Mariela me ruega que no.
-        “Ay no por favor, Mamá. Tengo que estar bella”, me dice, desesperada.
-        “Ok”, le digo. “Nancy, llego ya mismo”, le grito desde el carro y salimos a las millas de allí por la avenida Las Cumbres, rumbo al centro de Guaynabo City, donde vivimos.
Voy pensando por el camino en los inventos en los que me mete mi hija y las cosas que tengo que hacer hoy, pero tuve que correr para que no llegara tarde.
-        “Piensa en la ropa que te vas a poner para que no llegues tarde Mariela”, le digo.
-        “Ya sé Mamá. Me voy a poner uno de los trajes bonitos porque quiero verme bella Mamá. Siempre tengo que estar bella en la escuela”, me dice, enfática.
-        “Ok”, digo, pensando en que hay que joderse con esta nena tan coqueta.
-        “Lo más importante es que no me olvide de las pulseras Mamá, porque eso siempre es bien importante”, me insiste.
Llegamos a casa en cinco minutos, y doy Gracias al cielo porque vivimos cerca de todo. Corremos a buscar la ropa y ella se viste como un rayo de rápida.  Justo cuando vamos a salir me grita:
-        “!Se me olvida algo Mamá!”, y vuelve al cuarto.
-        “¿Qué es Mariela? Se nos va a hacer tarde, avanza”, le grito yo desde la puerta de la casa.
Y la veo que viene corriendo, y sonriéndome.
-        “Son los accesorios”, me responde, con la cara seria.
La miré bien. No sé cómo lo logró pero en segundos combinó el atuendo con pulseras verdes y las perlas, con un reloj del mismo color, las tennis con toques de verde y gris, y esos mismos colores tenía en su traje. Combinada más que una papeleta.
-        “¿Por qué me miras Mamá? Los accesorios para el Casual Day son importantes. Recuerda que tengo que estar siempre bella”.
Tiene a quien salir con eso de las gangarrias. Antes muerta que sencilla.

Friday, August 12, 2016

Timidez mañanera




“¿Se puede ser tímido y extrovertido a la vez? Creo que sí. La famosa presentadora y periodista de televisión Diane Sawyer dijo una vez: “La gente asume que no se puede ser tímido y estar en la televisión. Están equivocados”. Y esta mañana al dejar a la nena en su escuela, recordé esas palabras. Mariela es extremadamente tímida. Sí. Aunque no lo parezca, lo es.

¿Cómo se conjuga en un ser la timidez con el ser extrovertido? Es complicada la cosa. Ella baila, toca tres instrumentos, aprende idiomas y lenguaje de señas, juega con sus muñecas, se viste de Frida Khalo y es farandulera. Es coqueta, le encantan las gangarrias y los sombreros. No le importa pararse en una tarima en un concierto frente a cientos de personas, pero con gente de su edad, se corta. Ella ama ver y hablar con gente de los medios, que son mis amigos, especialmente algunos periodistas, y adora retratarse con ellos.  Cuando hice el proyecto en Wapa, se desvivía por ir a ver, tras bambalinas, toda la acción. Lo mismo pasa cuando ve gente de la radio, o artistas que son mis amigos.  Se siente feliz cuando alguien “famoso” la saluda y está todo el día emocionada, si le dan un beso. Entonces, ¿por qué ella es así? ¿Por qué de pronto se pone tan tímida?

Friday, July 15, 2016

La música, Franco de Vita y mi Mariela.....Relato mañanero de hace 15 minutos




La música, decía Beethoven, hace saltar el fuero en el corazón del hombre y las lágrimas en los ojos de la mujer. Sabias palabras para describir cómo una interpretación, con la debida orquestación, las letras adecuadas y en el momento preciso te toca el alma. Te habla, cuando te llega al alma, y abre así los rescoldos más profundos de tu corazón. Eso hace la música en todo aquel ser humano que sienta y padezca, no importa en qué parte del mundo esté. Hoy la música me tocó el corazón y me hizo saltar las lágrimas que brotaron del alma.



No sé si es porque anoche me quedé pensando en las desgarradoras noticias del terrorismo en Francia o en lo que viene para Puerto Rico, pero hoy me pasó algo bien raro y fue que me levanté un poco más tarde. A las 7:30 para ser precisa. Suelo hacerlo entre cuatro y media y cinco, así que esto es raro en mí. Así que mientras me tomaba el café matutino, me dispuse a leer el diario social mañanero que se llama Facebook y recibo un mensaje de mi apreciado amigo Andrés González, al que me unen lazos del alma porque como yo, es padre de un ser de luz. Andrés ahora preside APNI (Apoyo a Padres de Niños con Impedimentos), organización con la que trabajé por tantos años en lo que aprendía a navegar por este mundo de convertirte, sin saber nada, en una madre o padre de un hijo especial.



Andrés me envió un vídeo de una nueva campaña del cantautor venezolano Franco de Vita en la que usan la canción “Tú de qué vas” para concienciar al mundo sobre el síndrome de Down.



El arte de llevar conciencia a través de la música solo lo pueden lograr los grandes artistas, y como también decía Beethoven sólo el pedernal del espíritu humano puede arrancar fuego de la música.  Esa música me abrasó el corazón. Sentía quemarme el pecho porque me ví retratada en el vídeo. Demás está decir que lloré. Lloré de la emoción y lloré de verme transitar por ese camino.

Tuesday, June 28, 2016

Relato de Facebook: Equilibrio y relajación





Esto fue hace un ratito. Llegué cansada después de un día de muchas satisfacciones, pero ardua labor en el trabajo. Desde que la vi, ella estaba feliz. Vestía su nuevo trajecito de las Powerpuff Girls, y estaba viendo uno de sus vídeos en el televisor de abuelita. Se puso mi identificación de "staff" y las pulseras de goma que dicen #YocumpliconPR...
 
-"Mamá tienes que hacer yoga conmigo", me dice.
 
- "¿Y por qué?", pregunto.
 
-"Fácil Mamá, porque eso te da equiibrio (equilibrio en su lenguaje) y relajación", dice.
Yo quedé bruta con eso que me dijo y la miro. Ella vuelve a hablar.
 
-"Eso es lo que nos ayuda a concentrar y a ser feliz. Si tú haces yoga conmigo ya no te vas a cansar. A mi me ayuda para que no me den ataques ni mareos ni que me babee Es como si Dios me dice que hay que hacerlo. Tienes que hacerlo conmigo Mamá", me dice.
 
...Y yo sonrío. Pienso que Dios me habla a través de sus ángeles o emisarios, y que ella es ambas cosas para mí. Me habla con sabiduría. Tengo que hacerle caso.
 
-"Pues sí mi amor. Lo haré", le digo.

Sunday, May 1, 2016

Crónicas de la manipulación




5:00 a.m.

-“! Mamá, despierta que hoy es el cumpleaños de mi primo que me quiere mucho, Esaí! ¡Despierta chica! ¡Muévete!”, dice, autoritaria.

“Mmmm. Tengo sueño”, respondo, y me viro hacia el otro lado de la cama.

Ella comienza a moverme por el hombro y dice “! Señorita es hora de levantarse. Arriba!”, como le hago por las mañanas.

-“Mariela, anoche estuviste tosiendo y vine a dormirme como las tres y media de la mañana. Dame un break por favor. Un ratito más”, le digo.

-“Pues, no. Es que quiero que me digas qué traje de baño me voy a poner. ¿El azul o el crema? ¿Y cuál cola de sirena, la azul o la rosa? Recuerda que tengo que estar bien linda como siempre mamá”, me dice, ignorándome.

-“Mariela tú no vas a meterte en ninguna piscina.  Será para que te dé pulmonía. No mija. Eso no. Olvídate del traje de baño. Vamos a la fiesta pero no te vas a meter. Además va a llover. Déjame dormir un rato”, me viré y no recuerdo más.

7:00 a.m.

-“Mamá es hora de ponernos bellas. Despierta ya. Ahora”, me dice.

-“Pero nena,  ¿tú no te cansas? Hoy es domingo. Es temprano Mija, esa fiesta es por la tarde. Dame un break”, le digo.

-“Ok, lo voy a pensar”, responde. Yo me fui del mundo.

Monday, February 22, 2016

Mi papá me ayudó




-“¡Mamá, mamá, mi papá me ayudó! Mi papá me ayudó con la tarea”, exclamó emocionada.

Los ojos le brillaban como pocas veces. Ese brillo que le provoca la alegría, el descubrimiento, la emoción por algo que parece sencillo pero no lo es. Mi hija estaba feliz, y seguía hablando sin parar.

-“Yo lo llamé por teléfono, y le pregunté, y él ahora me ayudó. Sí, Mamá, lo hizo. De verdad. Me ayudó. Sí”, aseveró, como queriendo convencerme.

-“Pues qué bueno que te ayudó en tu tarea porque yo no la entendía”, le dije, sonriendo, mientras pensaba que no debía resultarme complicada. Después de todo era una tarea sobre los verbos, y yo vivo del lenguaje, de escribir y de hablar, pero hay veces en que las cosas no salen. Simplemente no entendía lo que quería su maestra.

Y mientras yo miraba su libreta y revisaba sus notas, volvió a interrumpirme.

-“Mamá yo recuerdo que mi papá me ayudó una vez en una tarea. Cuando estaba en sexto en la escuela Subiry él me ayudó con una tarea. Yo estaba en la mesa del comedor en casa de Abuelita, entonces yo lo llamé por teléfono y el me ayudó esa vez”, me dijo.

Rápido pensé que eso fue hace dos años y que ya está en el último semestre de octavo. Hace varios años que no lo ve. Tragué hondo.

-“Pero ahora mi papá sí me ayudó. Era la tercera pregunta que tenía dos preguntas y eran difíciles. Él me ayudó y la pregunta era ¿qué verbo se repite? Y ¿Qué función crees que cumple?”, me decía ella.

Simplemente callé y la miraba con detenimiento, sonriendo al verla hablar emocionada. Sonreía para que ella no notara lo mucho que me duele verla cuánto siente esa ausencia.

-“Mi papá me dijo a mí que se repiten los tiempos simples, que terminan en ar, er, ir, igual como dice en el libre. Entonces, de la pregunta de qué función crees que cumple, mi papá me dijo que el simple se utiliza para hablar de hechos pasados. Siempre son acciones terminadas. Los compuestos ser utilizan para acción pasada pero cercana a un presente. Yo me puse muy feliz al final, cuando terminé, porque él me ayudó”, me decía, casi sin respirar y bailando, como siempre suele hacer.

No encontraba qué decirle. Sólo la observaba. Se detuvo y de momento se puso seria.

-“Mamá ¿yo soy igual como mi papá, como en la cara, verdad?”, me preguntó.

-“Sí, claro que te pareces a él mi amor. Te pareces mucho”, le dije, sonriendo, al ver que es verdad.

-“Ah, okay… Pero mamá, yo te quiero mucho a ti. Te quiero demasiado”, me dijo.

La abracé fuerte, la senté sobre mi falda, la besé mucho, por toda su cara hasta que me dijo “ya, please”, riéndose.