Friday, July 15, 2016

La música, Franco de Vita y mi Mariela.....Relato mañanero de hace 15 minutos




La música, decía Beethoven, hace saltar el fuero en el corazón del hombre y las lágrimas en los ojos de la mujer. Sabias palabras para describir cómo una interpretación, con la debida orquestación, las letras adecuadas y en el momento preciso te toca el alma. Te habla, cuando te llega al alma, y abre así los rescoldos más profundos de tu corazón. Eso hace la música en todo aquel ser humano que sienta y padezca, no importa en qué parte del mundo esté. Hoy la música me tocó el corazón y me hizo saltar las lágrimas que brotaron del alma.



No sé si es porque anoche me quedé pensando en las desgarradoras noticias del terrorismo en Francia o en lo que viene para Puerto Rico, pero hoy me pasó algo bien raro y fue que me levanté un poco más tarde. A las 7:30 para ser precisa. Suelo hacerlo entre cuatro y media y cinco, así que esto es raro en mí. Así que mientras me tomaba el café matutino, me dispuse a leer el diario social mañanero que se llama Facebook y recibo un mensaje de mi apreciado amigo Andrés González, al que me unen lazos del alma porque como yo, es padre de un ser de luz. Andrés ahora preside APNI (Apoyo a Padres de Niños con Impedimentos), organización con la que trabajé por tantos años en lo que aprendía a navegar por este mundo de convertirte, sin saber nada, en una madre o padre de un hijo especial.



Andrés me envió un vídeo de una nueva campaña del cantautor venezolano Franco de Vita en la que usan la canción “Tú de qué vas” para concienciar al mundo sobre el síndrome de Down.



El arte de llevar conciencia a través de la música solo lo pueden lograr los grandes artistas, y como también decía Beethoven sólo el pedernal del espíritu humano puede arrancar fuego de la música.  Esa música me abrasó el corazón. Sentía quemarme el pecho porque me ví retratada en el vídeo. Demás está decir que lloré. Lloré de la emoción y lloré de verme transitar por ese camino.



Mariela no tiene Síndrome de Down, pero sí otros múltiples impedimentos, o más bien, retitos como les llamo. El camino ha sido tortuoso muchas veces, duro otras, pero más que nada, extremadamente feliz. Todos los padres y madres con niños así nos identificamos porque eso se vive.



En el vídeo al bebé lo dejan en el hospital y recordé cuando tuve que regresar a mi hija para que la dejaran en Intensivo Neonatal después de haber estado de alta. Me hizo recordar en milisegundos tantas cosas. Reviví esas emociones y ese gran dolor, que sólo quien lo ha experimentado lo puede entender.  Reviví también el rechazo y las visitas constantes a médicos – que eso sigue todavía – y  las carreras buscando escuelas, y el convertir mi vida en una machina constante de terapia en terapia.  Recordé cuando no podía caminar y le pusieron un mafo, sus primeras operaciones, sus enfermedades. Recordé las miradas de rechazo, las burlas y sentí el coraje que me daba y todavía me da cuando la rechazan. Sentí el abandono al que muchas veces se delegan a estos niños. Familiares, amigos y conocidos no saben cómo bregar con el asunto y mejor se van. Se pierden. Todo eso pasó por mi mente en instantes, viendo los primeros segundos del vídeo.



Pero como la música es maravillosa y como la vida, también te da alegría, al escuchar la letra de Franco de Vita desde esta nueva perspectiva, pensé en otras cosas. Al ver a los niños en el vídeo bailando, interpretando papeles en una obra o vestidos de princesas y dinosaurios, recordé lo hermoso que es la maravilla de tener un hijo con alguna condición especial.



Recordé que Mariela es única. A veces es mi Frida Khalo, otras veces mi sirena y múltiples veces mi princesa. Recordé que rebasó los pronósticos y no sólo caminó sino salió bailando, así que el mafo aquel se lo quitaron de la pierna bien rápido. Recordé que habla, escribe y camina y ríe. Recordé que vive.



Pensé que hace tantas cosas que cualquier persona supuestamente normal no tiene ni la más remota capacidad ni posibilidad de lograr. Toca su piano. Aprende su violonchelo y también ha tenido hasta conciertos tocando trompeta. Practica tiro con arco en su maravillosa Academia Fowler. Habla italiano. Dibuja de manera increíble sin haber tomado clases, y lo hace en estilos realistas y hasta cubistas. Hace ropa para sus muñecas. Recorta papeles en forma de flores o de nubes y muñecos que brotan de su imaginación, y hace maravillas con ellos. Se inventa sus origamis, aprende más rápido que yo, y ya habla en lenguaje de señas. Se esmera, se esfuerza, y con dificultad estudia y me saca notas buenas. Con promedio de excelencia. ¿Qué más se puede pedir de un hijo? Ella todo lo da. Sus corajes y malos humores de vez en cuando, producto de unos abuelos que la consienten, pero más su alegría constante, y esa risa contagiosa que cuando empieza, no se detiene.



Por eso al ver el vídeo que me envió Andrés pensé en la maravilla de la música porque por ella habla el amor. Me alegré porque no abandoné a mi hija. Nunca lo he hecho. Siempre he estado ahí, en sus tropiezos y en sus innumerables logros. Me alegré porque tiene unos abuelos maternos que son como sus padres y unos abuelos paternos que la adoran. Los cuatro abuelos siempre han estado en los momentos felices y en los no tan felices. Me alegré porque tiene primos chiquitos con los que pelea y juega, como hermanos, y porque tiene amigos y familia extendida que siempre la quiere. Me alegré al ver el vídeo porque de eso es que se trata la música, de transmitir la vida.



Como dice Franco de Vita:



Si me dieran a elegir una vez más, te elegiría sin pensarlo,
es que no hay nada que pensar.
Que no existe ni motivo, ni razón para dudarlo ni un segundo
por que tú has sido lo mejor, que tocó este corazón,
y que entre el cielo y tú yo me quedo contigo.


Si te he dado todo lo que tengo,
hasta quedar en deuda conmigo mismo,
y todavía preguntas si te quiero,
tú de que vas
Si no hay un minuto de mi tiempo,
que no me pasas por el pensamiento,
y todavía preguntas si te quiero.

si esto no es querer entonces dime tu lo que será.
si necesito de tus besos pa´que pueda respirar,
y de tus ojos que van regalando vida,
y que me dejan sin salida,
y para que quiero salir,
si nunca he sido tan feliz
que te prefiero más que nada en este mundo
Si te he dado todo lo que tengo,
hasta quedar en deuda conmigo mismo,
y todavía preguntas, si te quiero,
tú de que vas.
Si no hay un minuto de mi tiempo,
que no me pasas por el pensamiento,
y todavía preguntas si te quiero,

oh. y es que no ves que toda mi vida tan solo depende de ti.
Si te he dado todo lo que tengo
hasta quedar en deuda conmigo mismo
y todavía preguntas si te quiero
tú de que vas.
Si no hay un minuto de mi tiempo
que no me pasas por el pensamiento
y todavía preguntas si te quiero
tú de que vas.



P.D. – Les recomiendo a todos que vean este vídeo. Gracias a Andrés González por darme esta alegría en el día de hoy.

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