Esto es una confesión personal. Un testimonio
de lo vivido como algo real, porque estaba en todas partes y se vivía en todo. Era
inevitable: la imagen de togas y birretes, negros en su mayoría, y sonrisas a
flor de piel, recuerdan siempre el destino de tiempos en cambios. Nuevas etapas, vidas trastornadas. Un camino
hacia la adultez que significa nuevos comienzos, alegrías, sueños, esperanzas.
Las fotos con decenas de jóvenes en sus graduaciones, ‘senior proms’, y
anunciando a las universidades donde fueron aceptados, cobra en el 2021 un
matiz especial.