Saturday, May 24, 2014

Coño, me reventé el dedo


"¡Coñoooooooo!", grité hace un rato, momentos después de cerrarme la puerta del carro en el dedo índice de la mano derecha. "¡Qué dolor! ¡Me reventé el dedo", gemí, e irremediablemente la sangre brotaba sin detenerse.

-"Mamá, ¿Qué te pasó? Cálmate, cálmate. Yo estoy aquí.  Todo va a estar bien", me dijo Mariela con preocupación en sus ojos.

Inhalé, y miré a la señora que estacionó su carro al lado del mío, casi dándome. Por estar mirándola y por el susto de casi ser atropellada, fue que me cerré la puerta en el dedo.

-"Mamá, tranquila que los ángeles nos protegen", me dijo mi hija.

Sunday, May 18, 2014

Mi hija venció

Mi hija está a punto de graduarse de sexto grado en unos días.  ¡Parece increíble!

Tantos retos, tantos sacrificios, tanto trabajo, tantas veces que se le han cerrado puertas-oportunidades-corazones.... pero ella, en su sabiduría infantil, sin proponerselo, ha derribado todas y cada una de.las barreras y obstáculos que la vida le puesto en el camino en sus 11 añitos de puras vivencias.

Con una perseverancia admirable, con uno que otro tantrum que parece poseida, pero la inmensa mayoría de las veces, con alegría en su corazón, me demuestra a diario que todo es posible.

Doy gracias al Universo por permitirme ser parte de este camino, un camino del que nunca me he separado y que me reafirmo con todas mis fuerzas que nunca abandonaré.

Estoy feliz de ver este proceso maravilloso, esta milagrosa transformación desde que nació, pasó por su escuela preescolar Mammolina, y luego en sus primeros años en Subiry. Esto es sólo el comienzo hija mia. Te amo.


Tuesday, May 13, 2014

Maltrato infantil en colegios privados

“Te vas del salón y no puedes coger tu examen final porque tu papá no ha pagado el colegio. Para que no sea irresponsable, te vas a la oficina”, le dijo la maestra a Naomy, al frente de todos sus compañeros de salón en el octavo grado en ese famoso colegio de Guaynabo City, y ella, lloraba desconsolada.

Cabizbaja, y sin parar de llorar, esa niña que pertenece al cuadro de honor, es miembro de tres clubes de ayuda a  la comunidad y es estudiante líder del octavo grado, se sentó al final en la larga fila de al menos 40 otros estudiantes de distintos grados que fueron expulsados de sus salones por la misma razón. Una vez llegó a la oficina, la secretaria de la escuela le dice: “Eso te pasa por culpa de tus padres”, con voz cargada de odio y a la niña le dio una crisis nerviosa.

La historia de Naomy es real, aunque cambié su nombre para no estigmatizarla a ni seguir humillándola. Su papá quedó desempleado y se le dificulta pagar, pero la administración escolar tomó esa medida para obligarlo. En la última semana he sabido de al menos diez casos parecidos al de Naomy en distintas academias y colegios privados de la zona metropolitana. Estos son colegios católicos, evangélicos y laicos, sin distinción de credos, pero con el elemento común de ser escuelas privadas.

Es que el maltrato infantil abunda en los colegios privados de Puerto Rico sin que a nadie le importe. Sucede más en esta época, justo cuando está por acabar el semestre y empiezan los exámenes finales.

Wednesday, May 7, 2014

900 billones: ¿Amor o dinero?



Como pasa a cada rato, mi hija me sacó la alfombra de debajo de los pies esta mañana con una conversación que inició cuando íbamos de camino a su escuela. Yo, afanada por evitar el tapón de la avenida Ramírez de Arellano, y ella, que quería llegar temprano porque se iba de gira al Museo del Niño. Entonces, empezó a hablar, del dinero.

-“Yo quiero 900 billones. Mamá tienes que jugar para que ganes 900 billones de dólares para que tengas mucho dinero para comprar muchas cositas”, me dice mi hija.

-“Yo no juego”, le contesto, mientras esquivo un hoyo en la carretera.

-“Abuelita siempre juega. Ella va a tener muchos chavos porque siempre juega”, me responde ella.

-“Sí, a tu abuela le gusta, pero no hay que jugar para tener chavos. Es mejor trabajar y ahorrar. ¿Por qué tú quieres chavos hoy?”, le pregunto.

-“Porque quiero comprar muchas cositas en el supermercado, muchos chocolates, cosas para mi cuarto, una puerta de color azul, un televisor, mucha ropa de chica, y todo. Quiero ir otra vez a Disney”, me dice ella, casi sin parar.

-“Pero a mí no me gusta jugar”, le contesto.

-“Mamá, jugar es fácil. Abuelita juega con las carreras de los caballos que corren rápido. Ella tiene un papel que escribe y siempre gana porque ella sabe mucho los nombres que ganan”, me dice. Yo empiezo a reír y ella me espeta: “No te rías mamá. Es verdad. Es de los caballos que son sus favoritos”.

-“¿Tu sabes quién juega también? Abuelito”, le contesto, tratando de contener la risa, para que no se moleste.

-“Si juegas puedo tener 900 billones porque yo quiero comprarme un piano nuevo porque el mío ya suena mal. El piano que quiero es que tiene una cola, color blanco, mejor. Y también  quiero comprar un chelo lindo”, me dice.

-“Mariela, tú tienes ya un piano y un violonchelo no hacen falta unos nuevos. Además, todas esas cosas se consiguen si trabajas duro y si ahorras en el banco como cuando vamos tú y yo. ¿Pero sabes algo? El dinero no es lo más importante. Hay muchas personas que no tienen nada, pero son felices”, le digo yo.

-“Hay muchos niños pobres, como en Haití. No tienen ropa, ni comida, y son tristes porque no tienen comida. Es más importante la comida que el dinero”, me dice ella, reflexiva.

-“Sí, pero siempre hay quienes ayudan. Mariela, el dinero no es lo más importante en la vida. El amor es lo más importante”, le contesto, tratando de elevar la conversación.

-“Bueno yo quiero dinero, pero amor con el dinero”, me dice. “Cuando tienes poquito dinero la gente no te quiere. Y cuando tienes mucho dinero la gente te quiere. La gente te ama cuando tienes mucho dinero”.

-“Mariela la gente que sólo te buscan por dinero, no te quieren. Son interesados. Esas personas tienen el corazón vacío”, le digo.

-“Bueno Mamá, es verdad, el amor es lo más importante, pero también los 900 billones”, me dice.
Y yo, pensando en que nuestros niños viven bombardeados por la publicidad que los impulsa a comprar y a tener, en esta sociedad de consumo extremo, pienso que no es fácil. Tengo que darle clases desde ya para que aprenda de finanzas personales. Que aprenda a ahorrar, invertir y sí, a gastar, pero con sabiduría.

Este medio de intercambio  para el pago de bienes, servicios y obligaciones es, sin duda, importante, pero no es todo en la vida.

Oprah Winfrey dice “Todo en lo que te enfoques, se expande, y cuando te centras en la bondad de la vida, creas más bondad. Oportunidades, relaciones, incluso el dinero fluía hacia mí cuando aprendí a ser agradecida sin importar lo que pasara en mi vida”. Pienso que ese es mi enfoque para que mi hija aprenda a estar agradecida con los 900 billones de bendiciones que recibe a diario. Quizás algún día, así también le lleguen los 900 billones de dólares con los que sueña.