Wednesday, April 29, 2020

Tristeza adolescente



Anoche casi no pude dormir porque justo cuando se iba a acostar, mi hija Mariela me dijo que una amiguita de su colegio estaba llorando. Le pregunté por qué, y ella no sabía, pero que era que estaba sola y estaba triste por estar encerrada en la casa por la pandemia. Entonces me enseñó la conversación que estas adolescentes tenían en mensajes de texto. Su amiga es sorda profunda, así que la sintaxis y la gramática es distinta al idioma hablado. Los sordos se comunican distinto y se nota cuando escriben. La conversación fue así:

Amiga: “Estoy bien triste, duele.”
Mariela: “Sé que estás triste, pero Dios está con nosotros”
Amiga: ❤🤟💔
Mariela: “No llores amiga mía. Yo extraño meter a la piscina o la playa”
Amiga: “Yo, triste”
Mariela: “¿Por qué estás triste?”
Amiga: “No sé”
Mariela: “¿Estás sola? ¿Estás aburrida?”
Amiga: “No, con mi mamá y mi hermano”
Mariela: “¿Cómo yo te puedo ayudar?
Amiga: “No sé. Mi mamá está dormida y mi hermano jugando con PS4”
Mariela: “Pide a Dios tranquilidad y te duermes. Estoy contigo, no preocupes”
Amiga: “Ok está bien, pero lloro”
Mariela: “Voy a rezar por ti y me tengo que dormir”
Amiga: “Yo no tengo sueño nada”
Mariela: “Yo si. Estoy cayendo de sueño”
Amiga: “Ok bye”
Mariela: “Voy a rezar a ti en mi mente”
Amiga:  “Bye”.

Esa conversación me caló profundamente. A veces uno está concentrado en el temor, o en las preocupaciones inherentes a esta pandemia, pero no se da cuenta de que los niños y adolescentes también están sufriendo.  La situación de los niños y adolescentes sordos, o que tienen algún impedimento o condición, es incluso más preocupante porque suelen ser rechazados e ignorados. A los sordos particularmente, los rechazan e ignoran hasta en su propia familia y eso es algo con lo que hemos venido tratando de combatir hace tiempo.

Hay que educar. El que un niño sea distinto, o que no te oiga o no te hable, no significa que no tenga sentimientos. Dentro de su mente analiza la situación y vive ese rechazo. Sus corazones se rompen cuando sienten ese abandono al interior de sus hogares.

Este es un mundo duro. Los niños y adolescentes en Puerto Rico han tenido que vivir los huracanes Irma y María, el pavor y la desesperación de los terremotos, y una recesión económica que provoca escasez, tensiones y todo tipo de problemas en las familias. Encima de todo eso, tenemos esta pandemia, este encierro y el distanciamiento social. Los niños adaptándose a tratar de estudiar, muchos sin tan siquiera tener teléfonos, computadoras o internet.  Es duro para ellos. Es triste, y a veces, uno no se percata que en sus mentes y corazones, hay dolor.

No tengo respuestas para esto más allá de quizás tratar de hablar con la mamá de esa amiga de mi hija. No soy psicóloga ni profesional de la salud, pero a veces lo que hace falta es una llamada o unas palabras de aliento para sacar a los niños de esa tristeza.

Comparto esto con el fin de que pensemos en quien tenemos a nuestro lado y que quizás no notemos que lo único que necesita, es un poco de tiempo y amor. Esa fue la lección que saqué de esto. Me la dio mi hija.

SRC

3 comments:

  1. Estamos perdiendo la sensibilidad para atender en forma adecuada los problemas sociales del presente. Las estrategias de los gobernantes van dirigidas a esconder la precariedad y promueven un falso bienestar. Están matando las esperanzas de un futuro mejor tanto para los jóvenes como para los viejos.

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    1. Así es. Es triste lo que vivimos. Gracias por comentar...

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  2. La historia me hizo llorar, me imagine de adolescente, pero Tambien me vi como la mama cansada y durmiendo.. aprendi a que debe haber momentos de abrazos sin razon a Nuestros hijos.

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