Mi hija está creciendo, y rápido. Cumplió 10
años este mes, y aunque aún le dan los momentos de frustración que vuelven loca
a cualquiera retando los vestigios de una paciencia que el destino me ha
obligado a encontrar, tengo que admitir que está cambiando. Ya no hay tantrums
ni gritos cuando no puede comunicarse o darse a entender, al menos, no los
tiene en público.
La veo casi preadolescente, pero bien inocente,
actuando muchas veces como si tuviera menos edad. Juega lo mismo con su peluche
de Build-a-Bear o con las muñecas de Monster High que con su Nintendo DS, sus
juegos en el celular, en su tablet o en su laptop. Y hoy fue uno de esos días
en los que me hizo sentir súper bien porque se portó como siempre es ella: una
niña única y especial.
Durante el cuarto encuentro de blogueros PRBloggerCon,
que organiza mi encantador amigo José Hernández Falcón, mi hija se portó
excelente. Creo que el ver a tanto adulto con sus celulares, tabletas y
computadoras la hizo sentirse grande y tecnológica como son estos nenes de hoy
día que parece que nacieron con un chip que los hace entender estas máquinas
mejor que nosotros.
Aunque Saddam (como le llamamos a José los que venimos del mundo periodístico) me
había invitado a estos eventos de PRBloggerCon desde hace cuatro años, e
incluso antes, cuando comenzó unas reuniones más pequeñas, yo nunca había
asistido. No era porque no quería, nunca pude hacerlo.
La realidad es que los eventos blogueros coincidieron con esos años en los que dejé mi vida, detuve todos los proyectos personales, mis escritos, y dejé de ser yo porque me dediqué en cuerpo y alma a la solitaria tarea de hacer que mi hija escuchara, caminara bien, y hablara. Y a mantenerla. Ella caminó bien, finalmente como a los 5 años, escuchó bien a los seis y vino a hacerse entender en oraciones y frases a los 8 años. Todo lo que algunos médicos dijeron que nunca haría lo hizo, y a pesar de que cuando era más pequeña fue rechazada por muchos, se ha ido superando con creces.
En todo ese proceso con la interminable lista
de terapias, clases y evaluaciones he ido viendo a mi hija transformarse de un
huracán de inquieta que era, a una niña tranquila y educada como demostró hoy
ante tanto bloguero, faicebukero, tuitero y experto.
Mientras hablaban de los aspectos legales, de
cómo atraer ingresos o “monetizar” los blogs, de cómo “pimpear” la imagen del
blog o de cómo hacer alianzas, mi hija observaba tranquila y escuchaba. Cuando
se aburría, prendía la tablet y se ponía a ver alguna película. Vio la de
Hansel y Gretel, y creo que una de las hadas.
Mientras la bruja intentaba comerse a Hansel,
los blogueros estaban enfrascados en plena tertulia sobre si deben o no recibir
regalos de potenciales auspiciadores a cambio de que le hagan reseñas, casi
siempre positivas. Algunos decían que no se debe vender la credibilidad ni la
opinión del bloguero, y yo pensaba que estos conflictos los vivió hace años (y
aún vive) la clase periodística entre los reporteros empleados de un medio, los
que difunden informaciones en suplementos o en entrevistas “pagadas”, o los que
cobran por disfrazar sus entrevistas (temas que son de mi otro blog, http://enblancoynegromedia.blogspot.com/).
“A esa hija suya hay que darle un premio porque
no chistó en el #PRBloggerCon”, dijo doña Jacinta Marín mientras que Jurassic
Mom me dice “Es cierto. Quedé impresionada con ese angelito”.
Pues sí, fue un ángel. Se portó mejor que
algunos adultos que ví allí donde hasta un #poscon (en el léxico tuitero
boricua) se suscitó entre los que copian contenido y los que cogen auspicios o
algo por el estilo.
Así que mi hija me volvió a dar hoy una lección
de las que me da a menudo. Aprendí de ella la dignidad del silencio, y a que a
veces, es mejor escuchar. Total, se tienen dos oídos y una boca, por lo que es
más lo que se debe escuchar que lo que se debe hablar.
Y aprendí también hoy de ella a que todos nos superamos. Aprendí que todos podemos poco a poco dominar el monstruo de la tecnología y la Internet.
Y sólo es cuestión de tiempo para que ella ya
pronto tenga su propio blog. No incluirá tanto texto como los míos, sino sus
dibujos y sus vídeos tocando piano, pero será el de ella. Ya ella me dijo que
pondrá fotos de su perro y de la coneja, que escribirá las oraciones
dubitativas y exhortativas que está estudiando en la clase de español, y que
también pondrá fotos de sus muñecas. Así que pronto me embarco en ese proyecto
con ella porque sé que puede y que lo va a lograr.
Después de todo, ella se porta bien y es, de
verdad, un ángel. Mi bella Mariela.
El que persevera triunfa y tú has demostrado que se puede lograr que tu niña tenga calidad de vida..El éxito que cosechas hoy es el resultado de todo tu esfuerzo y el de ella también...Dios bendiga este angelito que llegó a tu vida un día y te robo el corazón...
ReplyDeleteGracias Hilda.
ReplyDeleteAmo a Mariela y soy fan de su madre. Irremediable. CMP
ReplyDeleteWow...tremendo...sigan adelante dando testimonio del poder de la perseverancia y la fe.
ReplyDeleteFue un placer conocerlas a ambas hoy.
Cierto!! Note que se portó muy bien y el evento fue de varias horas. Me dio gusto verlas y conocerlas en persona allí. Cuando la Princesa tenga su blog, quiero ser una de sus fieles seguidoras. Besos...¡Bendiciones!
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