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Marielay el Dr. Sosa |
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Mariela se hizo un "selfie" con la Dra. Vázquez |
Miren bien estas fotos. Cuelgo esto por
petición explícita de mi hija Mariela, quien me suplicó que tomara las fotos o
ella misma hizo sus “selfies”. Quería
que “todo el mundo sepa que estoy feliz”, y en el fondo, yo también lo estoy
como mi nena. Por eso hoy quiero agradecer a estos ángeles que puso Dios en el
camino de mi hija Mariela en este momento, para ayudarla a superar sus retos de
salud. Son los doctores Marisel Vázquez e
Iván Sosa.
La doctora Marisel Vázquez ha sido su neuróloga
desde bebé. Ella ha visto todos y cada uno de los retos de la nena, desde su diagnóstico
a los 15 meses de edad, cómo se arrastraba y no podía gatear, su primer paso,
su primera palabra, hasta su primer MRI del cerebro, cuando comenzó con los
medicamentos y todo. Ella ha visto a Mariela crecer y siempre ha estado presente,
al igual que su pediatra Wida Acevedo y la pediatra del neurodesarrollo Ada
Pimentel. Marisel, ha sido muchísimas veces – en innumerables ocasiones – mi paño
de lágrimas con cada reto que ha tenido mi nena. Marisel, quien es profesora en
el Recinto de Ciencias Médicas y en el hospital Pediátrico y tiene su oficina en
el hospital San Jorge, es ya como si fuera parte de nuestra familia y desde
hace casi un año viene refiriendo a la nena a estudios. Íbamos bien adelantadas, aunque el paso de
Irma y María nos sacaron un poco de ritmo, pero lo cierto es que para nosotras
estos años han sido como huracanes que no terminan con tanto reto de salud de
la nena.
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Marisel goza con las ocurrencias de Mariela. |
Sin embargo, pero gracias a su guía, ya vemos
una solución que esperamos que sea pronta. Marisel fue quien refirió a la nena a
la Dra. Ríos, y posteriormente al Dr. Iván Sosa, el neurocirujano, ambos en la
Unidad de Epilepsia del Hospital HIMA en Caguas.
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Mariela convenció a su Dr. Sosa de que vaya a ver "The Incredibles II" en el cine |
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Mariela con el Dr. Álvarez Ferreren HIMA |
Sosa, por su parte, de verdad que tiene un don
que es evidente. Tiene lo que se puede llamar como una mano santa. Lo vi en
acción y he hablado con cientos de sus pacientes a los que ha operado desde
tumores en el cerebro hasta otras cosas sumamente complejas. A mi me dio mucha
tranquilidad el saber que es un hombre creyente, de gran fe, que sabe que una
mano poderosa lo guía. Tiene una profunda espiritualidad y me ayudó a bajar el
estrés de ver a mi nena en las condiciones en que estaba y ha estado en todos
estos meses. También me ayudó mucho el apoyo de su ayudante, el doctor Álvarez
Ferrer, que siempre ha sido bien cariñoso con la nena y conmigo. Sé que la
operación fue un éxito y que cuento con esos dos nuevos amigos que velan por mi
hija.
Este verano no ha sido nada fácil para
nosotras. Demasiado estrés, ansiedad, y sí, muchas lágrimas que no voy a negar,
pero ya nos encaminamos y volvemos a la normalidad.
Admito que ha sido todo un reto eso de estar sola
entre médicos, y operaciones de Papi, Mami, también con la nena en cuestión de
tres semanas, y otras cositas, que unidas al trabajo intenso, los mis proyectos
personales y las responsabilidades comunitarias, que no abandono nunca, ponen a
cualquiera a prueba, pero seguimos en pie de lucha. Ya poco a poco salimos adelante,
y hoy puedo decir con mucha más tranquilidad que Mariela se encamina en su
proceso de recuperación después de la operación aquella que me tenía bastante
mal desde hace varias semanas.
Ayer vimos a su neurocirujano y hoy a su
neuróloga, y ambos me han dado la grata y esperada noticia de que ya mi nena se
está recuperando. Vamos en camino, gracias a Dios….Y Mariela, siendo como es,
siempre ve las cosas de otra manera y me hace mirarlas con luces distintas. Ella
dice que ahora es “como una robot, pero bailarina”, con el aparato es que le
pusieron para nivelarla y tratar de evitar los ataques epilépticos, pero que
eso no le impedirá seguir bailando, grabando sus vídeos y esencialmente, siendo
una niña-joven feliz.
A todos los que me han llamado o me han escrito
en el último mes, les agradezco su apoyo. Créanme que me dieron la energía que
necesitaba para seguir adelante y por eso, les envío siempre mis bendiciones y
mi amor.
SRC
20 de junio de 2018
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