Sí,
a eso se resume mi vida. Podría estar terminando mi ensayo de periodismo y
afrodescendencia. Podría estar revisando el nuevo enfoque para el texto de mi
tesis. Podría estar reescribiendo una pesquisa periodística que tengo pendiente
sobre un municipio popular donde hay actos de corrupción, y la noticia debe
salir en la semana... O quizás, podría estar viendo una mini-película por celular,
de esas que son como la droga, y una se engancha. O mejor, podría estar
durmiendo, pero no. Estoy revisando un texto de estética y filosofía de mi
hija, la Mariela. Sí señor.
Yo, que nunca tomé ni humanidades, ni filosofía ni nada por el estilo. Muchísimo menos tomé algo aplicado al arte, he tenido que aprender a la cañona, por lo que ella lee y me dice, a su forma.
O sea, entre señas y palabras como se comunica una persona sorda y con diversidad funcional.... Y la niña lo ve todo tan "lógico" que me lo compara con las películas de Disney y de Pixar, mientras yo estoy como un plato de espagueti. Enrredá. Como mi pelo. Coño.
Realmente no es una queja, es que me tengo que reír de las cosas que me han
tocado vivir en la vida. Si alguien me
hubiera dicho que iba a estar un sábado en l anoche en estas, a estas alturas
de mi vida, no lo hubiera creído.
Así que a revisar el "paper" de Platón (puñeta) y Aristóteles (carajo) y los fundamentos sobre la concepción de la belleza.
"Ay mamá, si esto es fácil. Tú no entiendes nada. Es cómo ellos veían lo bello en la materia y en el Kalon y la Kalokagathia", me dice mi hija.
-"Mariela, ¿y qué demontre es eso de Kalon y Kalogathia?", le pregunto, con un signo de interrogación en la cara, con el deseo de soltar dos o tres malas palabras, pero respiro y por el lado estoy buscando rápidamente en Google para no parecer tan ignorante.
Y ella se ríe. Sí, la sinvergüencita de mi hija se me ríe en la cara.
-“Mamá el Kalon lo que significa la belleza, y la Kalogathia es la unión entre lo bello, lo bueno y lo verdadero. Es como la segunda parte de Inside Out de Pixar, que lo bello es “Joy”, lo bueno son todos personajes que se unen, y lo verdadero es que esos personajes son las emociones que todos tenemos”, me dice Mariela.
- “Ok hija mía. Enséñame”, y me resigno a que entender que este viaje no se entiende, pero es eso. Un viaje. Ahí vamos Platón y Aristóteles con Pixar.
SRC