Dr. Roberto Hernández Orsini

Con el Dr. Roberto Hernández Orsini.

Hoy quiero destacar a un extraordinario ser humano que ha sido uno de los mejores doctores que he conocido en mi vida, el Dr. Roberto Hernández Orsini.

A Roberto, que es ortodoncista, lo conocí hace unos años en una de esas miles de visitas que he tenido que dar a oficinas de médicos con mi hija. Me refiero a esas visitas en las que una tiene el corazón pendiendo de un hilo porque vienen por algo inesperado que nos crispa los nervios y nos roban el aire de los pulmones.

A Mariela tenían que hacerle una operación maxilofacial compleja, y eso me tenía nerviosa.

Un doctor me refirió este consultorio para otra "opinion". No nos conocíamos, pero desde que entré por esa puerta, Roberto y todo su equipo de trabajo fueron tan amables que la tensión bajó.

Lo primero que me dijo fue: "Primero, vamos a dejarlo en manos de Dios que él decide. Poco a poco veremos si hay que operar o no, pero no nos precipitemos". No lo olvidé porque otros médicos rápido querían operarla.

Me dijo que tomaría más tiempo porque tendría que "estirar" las encías de mi hija para no operar. Sabía que con las condiciones de la nena, una operación sería riesgosa. Me dijo que después vendrían los bracers. Este proceso ha tomado muchos años, más que lo que a otra gente, pero a la nena no la operaron. Lo tomamos con calma.

Resultó luego que mucha gente en mi entorno lo conoce, incluyendo la abuela de Mariela, Magda. Lo conoce desde que era estudiante universitario. En su sala de espera vi pasar y conversé todos estos años con muchísimas amigas, sus hijos, políticos y hasta cantantes famosos. Tiene muchos pacientes y es una especie de celebridad porque todos lo aman.

Después de un tiempo, Roberto me atendió a mi, que bastante cobarde que soy para los médicos. El estrés me hacía (y todavía me hace) apretar los dientes y la mandíbula mientras dormía y eso me separó algunos. Así que me atendió y sí, me puso los dichosos bracers que eran casi invisibles, aunque a veces me molestaban. Hoy me los quitó.

Mientras me atendían me puse a reflexionar en la amistad que gané al conocer a este doctor.

Yo no conocía de su vida, pero con el tiempo, vi y supe que es un gran jefe, profesor en el Recinto de Ciencias Médicas y una eminencia en su campo. Supe también que es un gran esposo y padre de familia. También supe que la tragedia una vez tocó su vida, cuando perdió a una de sus hermosas hijas, víctima la ola criminal.

Sin embargo, su fe lo guió. Esas cosas no se olvidan, pero el sabe que hay que vivir. El tiempo que lo conozco me demostró que su fe lo ayudó a continuar y a ser ejemplo de vida para todo aquel a quien la vida le pone en su camino.

Su clave es la alegría de vivir que tiene. Nunca pierde su sonrisa y precisamente se dedica a crear sonrisas en todos sus pacientes.

Una vez se fue de viaje a Roma con su esposa. Por allá tuvo la oportunidad de ir a una audiencia privada con el Papa Francisco, quien se detuvo y les oró. Cuando me enseñó las fotos y sentí su alegría, me emocioné como si hubiera sido yo. Siempre ha sido así, cariñoso y conversador con sus pacientes.

Hace un tiempo se unió a su práctica el joven doctor Daniel Díaz Rubayo y junto a las asistentes crean un ambiente bien cómodo para estas visitas.

Hoy él ya me atendió, y mientras espero a Mariela aquí en la sala, relfexiono sobre los seres de luz que una encuentra en la vida. El doctor Hernández Orsini es uno de esos....

SRC